Atrévete a dar el primer paso
Las oportunidades no llegan si nos quedamos de brazos cruzados.
Sin dudarlo, respondí: “Claro, sí lo puedo hacer”. Apenas llevaba unos meses formando parte en la iglesia y ya estaba frente a una decisión que cambiaría muchas cosas.
Después de las entrevistas, recibí un correo de la coordinadora del programa: debía viajar a Lima para una orientación. Para mí fue todo un reto: hacer mi check-in, sacar mi tarjeta de embarque y, lo más emocionante, subirme a un avión por primera vez. Talvez no lo había planeado, pero entendí que la vida se trata de aceptar esos desafíos inesperados.
Durante la orientación descubrí un mundo nuevo: aprendizajes compartidos, competencias interculturales y la motivación de ver la vida desde otra perspectiva. Fue un tiempo de preparación que me ayudó a crecer, a valorar más la cultura y a entender el poder del servicio.
Hoy puedo decir que cada detalle —la estadía, la comida, la convivencia— se convirtió en un regalo.
Gracias, YAV, por abrirme las puertas a experiencias que marcan y por enseñarme que servir a los demás también transforma nuestra propia vida.
|  | 
| Sala de reuniones, Hotel Vila Santa. Fotografía: Jenny Valles | 
 
 
 
No hay comentarios.:
Publicar un comentario